viernes, 26 de septiembre de 2008

La boda de Aspasia y Pericles (Por Publio Cornelio)


Transcribimos el texto de la revista Arbil en el en que se relata una boda de hace 2500 años.

¿Una escenificación de una boda hace 2500 años o una crónica actual?
Escena 1ª.
Se sube el telón y aparecen dos mujeres, con peplos y cinturón.

Cypris.- ¡Qué nervios, qué nervios! Se acerca el momento, por fin, después de largos meses de espera, en que podremos acercar el lutróforo a la novia de nuestro gran Pericles.

Areté.- Todos esperan impacientes este momento, sí. Pero la patria...

Cypris.- ¡Ay, mujer, qué cosas! Todo el mundo discurriendo sobre el vestido de la novia, su peinado, sus sandalias, el coche que la llevará y traerá, los invitados, los aedos que asistirán y cantarán después lo relacionado con esta boda y tú hablando de la patria. ¡Himeneo, himeneo, oh himeneo! ¡Cuánto he soñado con el momento en que acercaría este lutróforo a nuestra milesia, nuestra simpática e inteligente Aspasia, la que será cualquier día la primera dama de nuestra Atenas! ¡Qué dicha la mía, asistir al momento en que la novia se lava, con agua de la fuente Calíroe, y se deposita en este ánfora como recuerdo perpetuo!

Areté.- Muy contenta estás con tu misión, pero recuerda que esta ceremonia de purificación se realiza siempre con nuestras doncellas. Y esta ya ha probado las mieles del himeneo, y ha llenado un lutróforo, ¿dónde parará este? (continuar)

martes, 16 de septiembre de 2008

Bodas de otro mundo


Transcribo la noticia que he aprendido de un blog. Lo curioso es que la policia esté investigando qué es lo que pasó. Estas cosas sucedieron también en Occidente y han sido los cristianos de la Edad Media quienes cambiaron el curso de la Historia nupcial. ¡De la que nos libramos!


El septuagenario indio Sunder Bhagat buscaba con su boda recibir cuidados en su vejez, pero su deseo ha quedado frustrado porque la elegida, una joven de 15 años, huyó momentos antes del enlace que sus familiares habían acordado.
Huí de allí y pedí ayuda a la gente del pueblo
“Mi tía nunca mencionó su edad. Cuando me llevaron a la plataforma matrimonial me quedé sorprendida de ver a un hombre tan viejo. Huí de allí y pedí ayuda a la gente del pueblo”, dijo a la agencia india IANS la chica, Kanchan Kumari.
Kumari debía haberse casado anoche con el funcionario retirado Bhagat, después de que su tía, como es habitual en zonas de la India, otorgara su mano al septuagenario en la depauperada región india de Bihar.
De origen humilde, la adolescente declaró a la Policía que su familia había concertado el matrimonio y le había asegurado una “vida feliz con un hombre rico“, al que ella sólo conoció al llegar al estrado de la ceremonia.
¿Pagó por su novia?
Algunos aldeanos de su pueblo, Jaitiya , dijeron que la familia de la chica había recibido por su mano el pago de 100.000 rupias (unos 1.400 euros), aunque el “novio” negó haber desembolsado cantidad alguna.
Me sentía muy solo y decidí casarme
“Llevo años viviendo solo. Me sentía muy solo y decidí casarme. Buscaba a una persona que me cuidara bien en mi vejez”, dijo Bhagat, quien perdió a su mujer hace dos décadas y tiene un hijo viviendo en la región vecina de Jharkhand.Los dos protagonistas de la ceremonia frustrada y la madre y la tía de la chica se hallan declarando ante la Policía, que ha anunciado una investigación de lo sucedido.
Via: 20 minutos

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Películas de boda


Acabo de aterrizar en una lista de 75 películas que ha sido elaborada por los equipos de Cine21 y que tiene en común tratar sobre las bodas. Os dejo aquí el enlace.


La primera en cabeza es una obra de arte reciente: Después de la boda.


Las hay de todas las épocas (véase por ejemplo Cristina, hija de lavrans para una ambientación medieval, o Noche de reyes, en la que se recoge una comedia de Shakespear, aunque ambientada en el siglo XIX) y culturas (en la India -La boda del monzón- o en la China -El velo pintado-).


Merece la pena tenerla presente.
El cine influye mucho en las conductas de la gente. La mayor parte de estas películas lo hace en forma positiva (aunque las hay también nefastas).
Quizá si hubieran visto algunas de estas películas, los protagonistas de esta noticia -una boda friki al estilo guerra de las galaxias- no habrían caído en esta ridiculez californiana.


sábado, 10 de mayo de 2008

Palomas para tu boda


Esta mañana he descubierto una dirección web un tanto curiosa: palomas de blanco (www.palomasdeblanco.com).
Apoyándose en los significados espirituales de las palomas blancas, una empresa organiza la suelta de palomas blancas en bodas, pedidas de mano, funerales y otras celebraciones.


El significado principal que se quiere destacar es el de la fidelidad de la paloma, que nunca deja a su pareja y no soporta la separación. Además siempre vuelve a casa. Aunque parezca perdida, siempre encuentra el camino para volver.

martes, 8 de abril de 2008

Curso prematrimonial en Valladolid

Os pongo las fechas de las sesiones del cursillo prematrimonial que tendrá lugar en Valladolid en esta primavera del 2008.

Sábado 19 de abril: La relación conyugal: la dimensión interpersonal
Sábado 3 de mayo: La dimensión social del matrimonio
Sábado 24 de mayo: La dimensión sacramental
Sábado 14 de junio: La fecundidad conyugal

Teléfono 618 86 79 73

Las sesiones tendrán lugar en Paseo Zorrilla 100, 19 B, a las 12:30

domingo, 6 de abril de 2008

Una revolución nupcial: ¿te animas a ponerla en práctica el día de tu matrimonio?


Hace ya un poco de tiempo que tengo olvidado este blog, puesto que me he dedicado más a Familia en construcción. Allí colgué hace unos días esta entrada, en la que tomo prestada la idea central de la película CASOMAI para reconvertirla en una propuesta revolucionaria.

Entraba yo en una iglesia napolitana, junto con un amigo sacerdote, precisamente en el momento en que unos esposos estaban declarando solemnemente la fórmula del consentimiento matrimonial. El comentario de mi amigo me dejó helado:
- ¡Otro matrimonio nulo!
Se le puede disculpar. Era juez diocesano de Nápoles y dedicaba muchas horas a profundizar en historias dramáticas que terminaban en la ruptura matrimonial y en el certificado canónico de defunción vincular.
El signo de la entrega de la persona fue interpretado por este amigo como una realidad vacía e insignificante. Mucha gente en las mismas circunstancias no pensará lo mismo que él, porque su juicio drástico se debió a un claro prejuicio profesional, pero tampoco atribuirá una mayor importancia al consentimiento de los esposos.
En esta sección que ahora inauguramos propongo una iniciativa inspirada en la película italiana Casomai -que en España se ha traducido como Comprométete-. En ella, el párroco celebrante de una boda invita a los amigos y familiares a salir de la iglesia con el fin de que los esposos declaren el consentimiento ante él como único testigo. ¿La razón? Porque no están dispuestos a "comprometerse" con los esposos y, con mucha probabilidad, les abandonarán en los momentos en que éstos necesiten su ayuda y su consejo.

El mensaje de esta película es de una actualidad extraordinaria. Para revitalizar el signo matrimonial no debemos esperar leyes estatales o reformas litúrgicas. No son las instituciones las que pueden arreglar este vacío desolador, sino los mismos esposos que son los protagonistas de la boda y quienes invitan a sus amigos y familiares a participar en ese momento fundacional de la familia.

Que el sacerdote en la homilía nupcial hable de la importancia y trascendencia de la entrega matrimonial tiene una incidencia mínima en la sociedad. ¿De qué va a hablar? No hace otra cosa que cumplir su función. Las bodas están tan estereotipadas que todos intervienen, cada uno a su modo, en una ceremonia insignificante.

Lo que propongo aquí es que sean los esposos los que asuman su protagonismo y que en el momento más solemne (es decir, inmediatamente después de haber pronunciado las palabras del consentimiento) inviten a los presentes a escuchar sentados una declaración formal de intenciones, lo que podríamos denominar una "cláusula explicativa del pacto conyugal". Podría sonar algo así:

"Queridos familiares y amigos: las palabras que acabamos de pronunciar no son una hermosa manera de expresar nuestro amor, sino que en ella se condensan las exigencias de nuestra entrega. Nos sabemos y sentimos íntima y profundamente comprometidos por este sacro vínculo de amor. Queremos que todos vosotros seáis testigos ante Dios del alcance de este compromiso. Haciendo uso de nuestra libertad no hemos establecido un simple contrato, sino un pacto de naturaleza familiar que consiste en la entrega recíproca de nuestras personas. Esta entrega es exclusiva y perpetua en lo conyugal. Por eso renunciamos al divorcio y prometemos sernos fieles hasta que la muerte nos separe.

Sabemos que esta renuncia nada vale para el Estado, pero no nos importa. No es el Estado quien nos casa, sino nuestra voluntad soberana: la voluntad de un hombre y una mujer que ejercen un poder recibido de Dios, que está inscrito en la naturaleza humana.

Es verdad, la renuncia al divorcio nada vale para el Estado. Sin embargo, queremos que tenga un gran valor para vosotros, familiares y amigos que nos habéis acompañado hasta el altar. Queremos que en este acto de renuncia no veáis algo así como el sacrificio de nuestra libertad, sino, muy al contrario, la expresión suprema de nuestra libérrima voluntad. ¿Qué valor tendría la libertad si no pudiésemos entregar la vida por amor? Al darnos el uno al otro hemos realizado el supremo ejercicio de la libertad. Contamos con la ayuda de Dios y de la Iglesia para poder se fieles a este compromiso.

Deseamos poder contar también con vuestra ayuda. Por eso os suplicamos que también vosotros, familiares y amigos, os comprometáis con nosotros en los siguientes aspectos:

1) Que a lo largo de nuestras vidas y especialmente en las crisis conyugales que podamos atravesar, tengáis siempre presente en vuestros consejos el bien conyugal y familiar.

2) Que en el hipotético supuesto en que alguno de nosotros os invitara a participar en unas segundas nupcias (en vida del otro y exceptuados los casos de legítima disolución o nulidad eclesiástica) declinéis dicha invitación invocando precisamente la fuerza sagrada de este compromiso.

Puesto que dentro de unos momentos sellaremos nuestro pacto de amor comulgando el cuerpo de Cristo y bebiendo su Sangra Preciosa, os invitamos a que asumáis este compromiso ante Dios nuestro Señor. No os pedimos nada extraordinario o que pueda violentar vuestras conciencias. Entendemos que con vuestra presencia aquí durante el banquete eucarístico asumíis este compromiso con nosotros.

martes, 25 de marzo de 2008

"TONIGHT" de West Side Story

Inolvidable escena musical de una película clásica, que refleja la ilusión del amor…

El Camino del Matrimonio: No te Olvides del Amor

Transportémonos a un museo de arte y detengámonos por unos instantes frente a una pintura abstracta. A través de ella podemos vislumbrar colores, formas, figuras, pero también podemos meternos en ella y tratar de pensar qué es lo que quiso transmitir el pintor. Dicha tarea no es fácil, pero es apasionante. Toda obra tiene un sentido para el pintor, no son simples pinceladas hechas al azar como muchos sostienen.

Ahora bien, al enfrentarnos al concepto del amor, podemos entrar con gran facilidad en una “Torre de Babel”, por los múltiples y variados significados, hasta a veces contrapuestos que se le dan en la actualidad. Éste es uno de los términos que más se utiliza, pero a la vez, uno de los que se abusa con más frecuencia, por tanto, tendremos que desenmarañarlo, llegar a entender, a develar lo que éste significa en su totalidad. Esto es fundamental, a la hora de preguntarnos ¿estoy enamorada/o?, al tomar la decisión de ponerse de novia/o, contraer matrimonio, etc.

Para adentrarnos en este tema tan apasionante, trasladémonos ahora a un cerro. A medida que lo escalemos iremos esclareciendo lo que significa el amor romántico, el amor de donación y llegaremos a la cumbre, donde nos encontraremos con el amor conyugal. Esto es un trabajo arduo, y por tanto, es recomendable para personas audaces, valientes y que quieran de verdad luchar contra corriente y consigo mismos.

Es la hora de emprender el viaje, y por tanto, es aconsejable luchar contra las dificultades que van a venir sin lugar a dudas; pero a no desanimarse ya que VALE LA PENA, si se quiere construir un matrimonio sólido.

Como indicamos el primer camino a recorrer es el amor romántico. Éste comprende el conocido enamoramiento. Según Tomás Melendo y Lourdes Millán Puelles (2002, pág 29) es “un amor sentimental, un amor estético y afectivo o de simpatía: de atracción física unida a un interés por la persona concreta de distinto sexo cuyas maravillas se comienzan a vislumbrar, y que, cuando resulta correspondido, despierta en los implicados un afán casi irresistible de verse y hablarse de nuevo, de saber más del otro, de relacionarse”. También expresan que “vivimos más en el otro que en nosotros mismos: es él quien otorga su entero significado a todo aquello con lo que nos relacionamos”. (o.c, 2002, pág.29)

El estar enamorado se caracteriza por estar “flotando en las nubes”, tener la sensación de tocar el techo y saltar de júbilo, por no ver la hora de encontrarse, a su vez, por parecer como si los minutos pasaran muy lentos cuando no se está con el/ella y por el contrario vuelan, cuando se están juntos. Todo esto surge de manera espontánea, nadie decide o se propone estar enamorado de una persona y por tanto, no exige esfuerzo de nuestra parte. Como expresa Hervada (1975, pág. 37): “el amante aparece como sujeto pasivo; el amor es algo que nace en él y no producido por él”. Por esta razón, es muy común sentir frases como esta: “el amor es más fuerte que yo”. Éste afecto inicial es limitado ya que reside en las emociones, en el sentimiento, que por naturaleza es instantáneo y cambiable, y por ello, esto es incapaz para adquirir compromisos y ser fieles a ellos.

De acuerdo a ello, este amor ha de madurar y desarrollarse. El aspecto negativo de este tipo de amor al cual no podemos dejar a un lado, es el de idealizar a la persona a quien se ama, el no ver más que sus cualidades positivas, e incluso magnificarlas, y por esta razón, no amamos tal cual es en verdad la persona, sino sólo un espejismo de la misma. Esto acarrea un desengaño si no se trata de perseguir el camino de querer al otro por lo que realmente es, por lo que tiene de único e irrepetible y no por las cualidades que tiene, como ser su aspecto físico, que en última instancia esto puede ser común a otras personas.

El segundo mojón, que nos encontramos en el camino que estamos recorriendo es el llamado amor de donación, el cual se caracteriza por establecer sus orígenes en el amor romántico, pero tiene otro género. Nace con vocación de una inclinación a la entrega de nuestro propio yo personal para siempre desde lo más profundo del ser, es decir, que nos descentramos de nosotros mismos para querer al otro no ya sólo desde la sensibilidad y las emociones, sino también, a través del entendimiento y la voluntad. También pesan más las cualidades personales, es decir, el quién eres, lo que eres o cómo eres. Las virtudes físicas o espirituales, según Tomás Melendo (2001 en o.c. 2002, pág. 36), “dejan de ser comunes o similares a las de otros individuos … y se atenúa casi hasta el infinito la posibilidad -¡la tentación!- de sentirnos atraídos por atributos semejantes de personas diversas: sencillamente porque al enraizarlos hasta la hondura de la condición personal, los de quien amamos se han trocado inesquivablemente únicos, sin parangón, y nada parecido podríamos encontrar”.

Y ahora nos preguntarnos, ¿cuál es el signo de que estamos frente a una auténtica entrega? No se requiere más que una palabra para contestar, FELICIDAD. Un noviazgo, un matrimonio es más feliz cuanto más grande sea la entrega mutua y esto requiere bajar de la escena al egoísmo, al individualismo, etc. y dejar que pase a ser el actor principal de la obra, la entrega, el desvivirse por el otro.

Después de recorrer un largo trecho, hemos llegado a la meta. Aquí nos encontramos con el amor conyugal. Tomás Melendo y Lourdes Millán-Puelles (o.c. 2002, pág 39) señalan que “es la elección consciente, libremente asumida, de entregarse por completo al otro, aceptándolo y queriéndolo tal como es, con objeto de formar una familia”. De esta manera el matrimonio se construye sobre roca, y no sobre arena. Por otra parte Hervada (o.c. 1975, pág. 30-31)) indica que: “el amor conyugal propiamente dicho no es –en su núcleo esencial- sentimiento afectuoso, ni instinto, ni enamoramiento; es voluntad de y en tendencia a la unión que impele y ordena a las distintas potencias del ser humano hacia ella, hacia la unión, según las exigencias de justicia y de ley natural que son inherentes a esa unión”.

El acto conyugal, no es un juego, sino una manifestación muy profunda de unión, de quienes se han entregado para siempre por medio del compromiso. Dicho amor conyugal, podrán alcanzarlo si hay un don de sí: fiel, perpetuo y profundo, como mencionan los autores recientemente citados. Ahora bien, no hay que pasar de largo que el acto conyugal para que sea auténtico tiene que ser fruto de la entrega y por tanto, una persona no puede ser usada, cosificada. Un síntoma claro de dicha cosificación, es el hastío, la soledad, la melancolía, la tristeza, el sentirse un vacío en su vida, etc. Por dicha razón, es importante tener presente que no se puede jugar con fuego.

Todo este recorrido que hicimos, puede servirnos como brújula para no perder el Norte, el cual es fundamental para ser feliz. Esto no es poca cosa, ya que es difícil encontrarse a alguien en la vida que decida no serlo. A su vez, como todo camino a recorrer uno puede desviarse por múltiples razones, pero lo más fantástico, es que siempre se pueda volver a empezar.


Por F. Beltrán

Bibliografía:
Melendo, Tomás (2001): “Las dimensiones de la persona”. Palabra. Madrid.
Melendo, Tomás y Millán-Puelles, Lourdes (2002): “Asegurar el amor”. Rialp. Madrid.
Hervada (1975): “Diálogos sobre el Amor y el Matrimonio” EUNSA Pamplona.

jueves, 21 de febrero de 2008

Arquidiócesis de Valencia Ofrece Preparación para el Matrimonio vía Internet

VALENCIA, 21 Feb. 08 /(ACI).- La Arquidiócesis de Valencia informó que gracias a la "Escuela de Novios", cientos de jóvenes españoles e italianos han recibido su formación para el matrimonio a través de Internet.

Desde que hace dos años se inició la modalidad ‘on line’, "ha aumentado muy notablemente el número de parejas de novios que nos solicitan el servicio", indicó el director de la Escuela, P. Enrique Orquín, en una entrevista concedida a la agencia AVAN.

La idea de ofrecer el servicio de formación para el matrimonio a través de internet surgió a pedido de varias parejas de novios que "viven en lugares diferentes y tienen incompatibilidades horarias para asistir a los cursillos prematrimoniales presenciales", indicó el presbítero.

La iniciativa busca que "los cursillos prematrimoniales" se puedan "ampliar a varios meses y adquirir una función de acompañamiento formativo para los novios", pues, si "se reducen a un breve espacio de tiempo antes de la boda, pueden tener una función informadora, pero difícilmente formadora de lo que significa vivir cristianamente en matrimonio", acotó.

La Escuela de Novios, que funciona en su modalidad presencial desde hace ocho años, comenzó a dictar los cursos por Internet hace dos años. El primer año la mayoría de parejas eran de Madrid, "pero este año contamos también con novios de Alicante, Barcelona, Córdoba, Badajoz, Sevilla, Jaén, Huesca, Benidorm, Cáceres, Plasencia, Pamplona o Toledo", afirmó el P. Orquín

Para más información e inscripciones escribir a: escueladenovios@escuelagalilea.com

domingo, 10 de febrero de 2008

LA DURACION DE LOS NOVIAZGOS

ES CORRECTO PLANEAR Y ADQUIRIR LO NECESARIO PARA LLEVAR UNA VIDA FAMILIAR DIGNA, PERO ESTO NO DEBE SER EL PRETEXTO PARA RETRASAR INDEFINIDAMENTE UN COMPROMISO...

Por José Luis Olaizola. Premio Planeta.

Se está volviendo a poner de moda el que la gente se case, pero dentro de la línea de la sociedad de consumo, lo que trae como consecuencia el que muchos se casen tarde y mal. No es insólito el que se oigan comentarios de este porte: «¡Quién lo iba a decir! Fulanito y Zutanita después de catorce años de noviazgo se casan y al año se separan. No será porque no tuvieron tiempo de conocerse.» Por supuesto, tuvieron tiempo de conocerse y de aburrirse de tanto conocerse. Cuando el noviazgo se alarga demasiado, para lo único que sirve es para coger mañas.

Cada caso es un caso en esto de la duración del noviazgo, pero el más frecuente, hoy en día, es que los novios necesitan tener tantas cosas para casarse, que cuando las consiguen ya no les quedan fuerzas para lo principal: quererse, crear una familia, educar a los hijos y educarse ellos mismos en la interesante aventura de perseverar en el amor. Para enamorarse de una encantadora joven de dieciocho años, o viceversa, sirve cualquiera. Para seguir enamorado cuarenta años después hace falta, además, cierta dosis de inteligencia.

Dada mi afición a escribir novelas que me obligan a adentrarme en el pasado, he podido constatar cómo, según discurren los siglos, se retrasa la edad para contraer matrimonio. En tiempos del Cid Campeador -siglo XI- los caballeros se casaban siendo donceles y las doncellas a los doce o trece años, apenas alcanzada la pubertad. Por supuesto no tenían problemas de piso. La gente del pueblo se alzaba una casa en poco más de un mes con ayuda de los vecinos; entonces para vivir sólo precisaban de cuatro paredes y un tejado. El suelo era de tierra apisonada y no tenían fontanería, ni electricidad, ni las diversas tomas de tantos artilugios como se concitan en los modernos habitáculos de la actual sociedad de consumo.

Cuatro siglos después, en el XVI, las cosas no han cambiado demasiado y, a lo más, la edad de matrimoniar se retrasa en un par de años. La madre de Teresa de Jesús, la encantadora doña Beatriz de Ahumada, casó de trece años y alcanzó a tener diez hijos. Catalina de Aragón, la que con el tiempo fuera esposa legítima del temible Enrique VIII de Inglaterra, había casado previamente con el hermano mayor, el príncipe Arturo, ambos rondando los quince años, y produjo gran asombro que no lograran consumar el matrimonio, lo que atribuyeron a enfermedad del príncipe, que murió un año después. En el siglo XIX la cosa se mantiene dentro de unos términos razonables y las doncellas casan de diecisiete, dieciocho o, como mucho, de diecinueve años. La debacle se produce mediado el siglo XX, en el que con pocos lustros de diferencia tanto se demoran los matrimonios -una media de diez años- que las doncellas tienen muy pocas posibilidades de seguir siendo tales cuando lo contraen. Las cosas claras.

¿Por qué se alargan tanto los noviazgos y se demoran los matrimonios? Porque hoy en día los contrayentes entienden que el cariño, para que no se marchite, debe estar debidamente enmarcado; piso, coche/s, televisor, vídeo, cadena musical, viaje de novios transoceánico y suma y sigue. Consecuencia: presupuestos millonarios para la celebración y para su posterior mantenimiento.

-¿Y usted a qué edad se casó?

-Pues yo, amable lectora, me casé de veintitrés años y mi prometida tenía dos menos. De viaje de novios nos fuimos a El Escorial y luego nos acomodamos en un piso viejo, de renta antigua; en eso tuvimos suerte, pero como no disponía ni de ascensor, ni calefacción, ni nevera, ni nada de nada, hay que reconocer que vivíamos por cuatro perras gordas. Comprendo que las cosas han cambiado, pero aquella carencia tenía su encanto. Ibas accediendo al disfrute de las cosas poco a poco. El primer coche utilitario, el primer viaje al extranjero, la primera vez que salías a cenar a un restaurante, los primeros veraneos en la playa. Y, por supuesto, la primera vez que hacías el amor con tu novia que ya era tu esposa.

-¿Pero qué dice usted?

-Por favor no se ofenda. Entonces los noviazgos eran más cortos y más controlados. No digo que saliéramos con carabina, pero tampoco se nos daban tantas facilidades. Ahora esos noviazgos tan largos, con salidas nocturnas hasta altas horas de la madrugada, con viajes colectivos en los que no por eso las parejas dejan de estar individualizadas... En fin, qué le voy a contar que usted no sepa.

-Le veo a usted un poco pesimista.

-No quisiera. Pero insisto en que conviene llegar al matrimonio con un buen bagaje de ilusiones y no irlas desgajando durante el noviazgo. Y, por supuesto, con cierto espíritu de sacrificio. A los novios que se acostumbran a un noviazgo largo, ambos con coche a la puerta, cenas en restaurantes de moda, esquí navideño en los Alpes y vacaciones en el Caribe, cada vez les cuesta más dar el paso al frente.

-¿No estará usted exagerando un poco?

-Eso espero.

sábado, 2 de febrero de 2008

LA HISTORIA DE AMOR DE FERNANDO DE TIROL Y PHILIPPINE WELSER

Philippine procedía de una famosa y adinerada familia de mercaderes, los Welser, radicados en la ciudad alemana de Augsburgo. Bartolomé Welser, prestó al emperador y rey de España Carlos V, doce toneladas de oro, por lo que el soberano le concedió el cargo de consejero secreto. Para la época, la familia Welser tenía en sus manos el mercado mundial de especias y estaño.

Philippine, era una joven hermosa de ojos azules, cabello oscuro, y piel muy blanca. Tuvo muchos pretendientes, pues era un excelente partido pero, en un año rechazó a 28, y es que quería encontrar, para esposo, a un caballero en todo el sentido de la palabra.

El Archiduque del Tirol, Fernando, segundo hijo de los reyes checos, Ana de Jagellón y Fernando I de Habsburgo, era cauteloso también para escoger a su futura esposa. El joven rechazó oportunidades de matrimonio con damas de la alta nobleza de Francia y Portugal, incluso a María Stuart… Hasta que conoció a Philippine Welser.

Ocurrió en Augsburgo durante la visita el emperador Carlos V, tío de Fernando. El soberano, acompañado de su hermano, el rey checo Fernando I, y por su sobrino el Archiduque Fernando, fue recibido con todos los honores en la casa de los Welser, que ofrecieron con ese motivo, un gran festín.

Pero he aquí que la mirada del joven Fernando no podía apartarse de Philippine, a quien tampoco le era indiferente. Durante el resto de la velada, Fernando buscó en todo momento, la oportunidad de acercarse a la joven.

Al día siguiente, el padre de Philippine, hombre perspicaz, para quien no pasó desapercibida la simpatía mutua de los jóvenes, decidió mandar a su hija lejos, para protegerla de un amor prohibido en aquellos tiempos, desde el punto de vista social y político.

Así Philippine Welser, a sus veinte años de edad, fue trasladada al castillo de Breznice, en Bohemia del Sur, donde residía la hermana de su madre, Katerina Loksanská. Si bien este edifico quedaba distante de Augsburgo, resultó más cerca de la corte de Fernando. La vida del castillo era muy activa socialmente, y ahora la frecuentaba el joven Archiduque del Tirol.

En la Primavera del año 1557, diez años después de que Fernando y Philippine se encontrasen por primera vez, se celebró en los bosques alrededor de Breznice, una extenuante partida de caza, después de la cual hubo una gran celebración… Al anochecer, anfitriones, invitados y sirvientes, se retiraron a dormir exhaustos… Sin embargo, la cocinera principal, Margarita, padecía insomnio. En la madrugada, escuchó un golpe de puerta y salió a los corredores para indagar. En una escalera, divisó una figura femenina vestida de blanco, que confundió con un fantasma, y huyó asustada hasta su cuarto.

No se dio tiempo para ver que la dama vestida de blanco, era seguida por una figura masculina, y otras cinco personas más. Todos se dirigieron, sigilosamente, a la capilla del castillo donde se celebró el matrimonio secreto entre Fernando del Tirol y Philippine Welser. Todo había sido preparado cuidadosamente.

Al final de la ceremonia, el sacerdote pronunció unas palabras insólitas: -“Exhorto a los presentes a que confirmen con un juramento solemne, aquí, ante el altar de Dios, que no revelarán a nadie, aún bajo amenaza, que su Alteza Real, el príncipe Fernando, ha tomado por esposa a Philippine Welser”. Seguidamente hizo firmar a los testigos, un escrito en el que constaba su presencia, y que hasta su muerte, mantendrían en secreto el evento.

Un año después, el 15 de Junio de 1558, una hora antes de la medianoche, nació el primer hijo de esta pareja. El alumbramiento fue asistido por Andrea Mattioli, desde 1555 médico privado de Fernando, en Praga, y autor de un famoso herbario con 60 ediciones en distintos idiomas. También tuvo que jurar que jamás diría nada a nadie.

Cuando al día siguiente el portero del castillo de Breznice, abría la puerta principal, vio a un bebe envuelto humildemente, y lo llevo a Philippine…, quien se ofreció a darle cobijo al “niño abandonado”… Le puso por nombre Andreas, y de la misma manera adoptó el 22 de Noviembre de 1560, a Carlos.

Pero llegó el momento en que Philippine no pudo más con su situación, y decidió aprovechar una audiencia que ofrecía el Emperador, durante la cual, los vasallos que quisieran, podían expresarle alguna súplica.

Vestida de luto regio, y con su hijo mayor en brazos, Philippine suplicó la gracia de que se alejaran un poco los cortesanos para poder hacer una delicada confidencia…Luego, pidió primero perdón al emperador, y seguidamente expresó que su marido era de procedencia noble, y ella una burguesa, y que por eso su esposo temía anunciar su matrimonio a su familia.

El emperador, sin sospechar nada, declaró galantemente que ningún padre podría ser tan severo, como para que la hermosura de su nuera no ablandara su corazón, y no perdonara al hijo el matrimonio desigual. Philippine dio mil gracias y reveló quien era su esposo.

Fue evidente para los distantes observadores, la sorpresa del emperador, se trataba de su propio sobrino... Llamó inmediatamente en privado a Fernando, quien al llegar se puso de rodillas compungido, pidiendo perdón a su augusto tío, mientras abrazaba a Philippine y al hijo de ambos.

El Emperador se retiró entonces, muy serio, en silencio…, se había puesto en juego su autoridad, la de su hermano, el orden social, la política, la línea sucesoral a la corona…, y más tarde les envió su decisión por escrito.
Reconoció ese matrimonio por amor…, pero debería permanecer secreto por siempre… Quitó a Fernando y a sus descendientes el derecho de sucesión al trono checo y húngaro, salvo que se extinguiera toda la estirpe haugsburga. Les adjudicó una renta de 30 mil monedas de oro al año y los exceptuó del pago de impuestos.

Los esposos se trasladaron a vivir al castillo de Krivoklát, y tuvieron dos hijos más, los gemelos Felipe y María. En 1564 subió al trono el Emperador Maximiliano II, quien mandó a Fernando trasladarse al castillo de Ambras, cerca de Innsbruck.

Después de la muerte de Maximiliano, fue coronado emperador su hijo Rodolfo II, en 1576. Ese año, el primogénito de Philippine y Fernando, Andreas, reunía las condiciones que para la época, le permitían acceder a la dignidad de Cardenal, pero su supuesto oscuro origen, se lo impedía… Elevado el caso hasta el Papa, este eximió a Fernando y a Philippine del juramento de silencio, y su matrimonio, por fin, pudo ser reconocido públicamente, y pudieron presentar a sus hijos como legítimos.

Como dato curioso, a la ceremonia de investidura del nuevo Cardenal, asistió como paje de 12 años, el futuro viajero y gran compositor checo Krystof Harant de Polzice…

Fernando y Philippine vivieron felices en su castillo de Ambras (Tirol), hasta la muerte de la esposa en 1580, cuatro años más tarde del reconocimiento público de aquel matrimonio bendecido por Dios hacía tantos años.

Andrea Fajkusová