lunes, 23 de abril de 2007

Casomai

Queridos amigos:
Os animo a ver la película Casomai y a preguntar lo que queráis acerca de ella. Entre las preguntas y comentarios de unos y otros, saldrá algo interesante. En los próximos días os iré poniendo más deberes en este curso interactivo.
http://www.labutaca.net/films/37/comprometete.htm
Joan

2 comentarios:

Iván dijo...

Hola a todos, María y yo vimos la peli ayer x la noche .. esta bien, es bastante realista,un enfoque bastante actual de la vida .. mucho trabajo y poco tiempo para todo lo demás.
¿quien puede trabajar "poco" para ganar mucho y tener tiempo y dinero para estar con los hijos, amigos, padres y pareja?
Quien tienen la suerte de que su padre le regale una casa y no tener hipoteca?
Esta claro q hay q esforzarse y sacar tiempo y dinero de donde no hay para no descuidar nada de tu entorno.
La vida actual no tiene nada que ver con la de hace 50 años.Vivimos y pensamos de otra manera,lo q antes era una alegría para la familia celebrada con la apertura de un buen vino(tener otro hijo)ahora puede ser un problema para la familia ya q desestructura horarios, trabajos, economía, etc .. la solución esta clara:sacrificar lo que te gusta, o una gran parte de ello para dárselo a tu familia,seguramente esto es una parte fundamental de la creación de la misma, el sacrificio. El dejar de querer para ti y empezar a querer para los demás.

RAFAEL dijo...

Reflexiones sobre el comentario de Iván, a modo de diálogo:

Iván: -“la solución está clara: sacrificar lo que te gusta, o una gran parte de ello para dárselo a tu familia,

Rafael: -Iván, me parece fenomenal tu disposición hacia la familia y a asumir los retos que ella implica, comprendo tus palabras, sin embargo, si me lo permites, me gustaría matizarlas.
Creo que la cuestión está en concienciar que entre todo lo que te gusta en la vida (amigos, deporte, sana diversión, aficiones, etc.), ahora tu familia te gusta más…, sin excluir lo demás, simplemente priorizando la primera…
Me parece que la palabra “sacrificio”, la utilizas positivamente en su significando de “acto de abnegación inspirado por el amor”.Un amor que se derrama en tres vertientes:
Primero, un amor a Dios, reconociendo Su Amor y Divina Providencia que os hace protagonistas también, como cónyuges, de Su grandioso proyecto redentor para la humanidad…;
Segundo, un amor a tu cónyuge, la persona con la que te conviertes en una sola carne y emprendes el proyecto más importante de tu vida: la familia, célula fundamental de la sociedad, a la cual puede cambiar para bien, si le aporta sólida institucionalidad e individuos sanos y santos…;
Y tercero, amor a los hijos, viva imagen de vuestro amor y de tu trascendencia y la de tu esposa...

Si no perdemos de vista las expresiones del amor mencionadas, veremos lo satisfactorio de dicho “sacrificio”…

Reitero entonces que, entre tus gustos personales, irás sintiendo que el matrimonio y la familia son lo más importante. Será tu “gusto” más importante, sin menoscabo de los otros, simplemente que pasarán a un honroso segundo plano, adaptándose a tu nueva prioridad.

Por otra parte, muchas veces tendrás (tendréis, tú y María), momentos particularmente duros de tu vida.

No hay que olvidar que el don de la existencia se nos presenta en forma de prueba (donde se suceden alegrías y tristezas).
La vida es una prueba que debemos vencer para conquistar personalmente y con la gracia de Dios nuestro destino: la divinidad (“Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios”, San Atanasio // “El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipe de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres”, Santo Tomás de Aquino), que asumiremos plenamente en la Vida Eterna con la perfecta felicidad en Dios.

Por lo tanto, las asperezas de la vida, si sabemos llevarlas o superarlas, nos procuran méritos. Luego también podemos darles sentido de “sacrificio expiatorio”, lo que es importante, pues nuestras faltas requieren reparación, y ofrecer nuestros sinsabores es una forma.

¡Hombre! a la palabra” sacrificio” puede encontrársele profundidades insospechadas.

Iván: -…seguramente esto es una parte fundamental de la creación de la misma (de la familia), el sacrificio. El dejar de querer para ti y empezar a querer para los demás”.

Rafael: - Si Iván, el sacrificio forma parte de la familia, y de todo en la vida... La renuncia, la postergación, el esfuerzo, el dolor, etc., etc., forman parte de todo en la vida: de la amistad, del estudio, del trabajo, de la salud, del deporte…, y también de la familia.
Por otra parte, como tú dices: “el dejar de querer para ti y empezar a querer para los demás”, abarca toda tu vida de cristiano, de soltero, de casado… Es virtud, es Generosidad con mayúscula, es cumplir con los Mandamientos: “...amar al prójimo como a ti mismo”, esto es querer lo bueno, lo mejor, para los demás, como tú dices.

Iván: - la peli (Casomai), es bastante realista, un enfoque actual de la vida, mucho trabajo y poco tiempo para todo lo demás.

Rafael: -Ciertamente, aunque habría que meditar sobre si nuestra sociedad, que se dice del Primer Mundo, es justa, sino entonces: ¿no debemos los cristianos trabajar activamente por alcanzar la verdadera justicia?, ¿está justamente remunerado nuestro trabajo, laboramos las horas justas, nos queda tiempo para las otras cosas importantes de nuestra vida?
Por otra parte, hay quien gana bien, y trabaja lo justo, pero sus aspiraciones materiales están exacerbadas, y van más allá de sus posibilidades económicas. Hoy en día se vive en una cultura consumista, que hace que la gente piense que necesita más de lo necesario, por eso se buscan horas de trabajo extra, deudas innecesarias, etc., para satisfacerse en lo superfluo…, la virtud de la austeridad, no se valora hoy en día.

Iván: -¿Quién puede trabajar “poco” para ganar mucho, y tener tiempo y dinero para estar con los hijos, amigos, padres, pareja?

Rafael: -Seguramente estarás de acuerdo Iván, en que el hombre cabal no aspira a trabajar poco y ganar mucho, sino a trabajar lo justo y ganar lo justo para cubrir las razonables aspiraciones humanas (salud, vivienda, recreación, estudio, superación, etc.).
Asimismo, donde hay justicia hay equilibrio, y todo tendría su tiempo. Entonces, si no es así, algo esta fallando en nuestra sociedad que abría que corregir.

Iván: -¿Quién tiene la suerte de que su padre le regale una casa y no tener hipoteca?

Rafael: -Cierto, sería una suerte. Pero ¿no sería una satisfacción mayor, si alcanzamos las cosas con nuestro propio esfuerzo? Las herencias, bienvenidas sean, pero también el ir logrando las cosas, poco a poco, es muy satisfactorio, y una gran lección para los hijos, que irán participando de ello a medida que crecen.
Debemos tener confianza en nuestras potencialidades y en la gracia de Dios para alcanzar nuestros anhelos.
También es verdad que la sociedad, el Estado, deben ofrecer oportunidades o por lo menos no obstaculizar la vida de los ciudadanos con malas políticas que entorpezcan la superación de las personas, ni la fundación y desarrollo de la familia.

Iván: -Esta claro que hay que esforzarse y sacar tiempo y dinero de donde no hay, para no descuidar nada de tu entorno.

Rafael: -Ciertamente, y te felicito por esa disposición.

Iván: -La vida actual no tiene nada que ver con la de hace 50 años. Vivimos y pensamos de otra manera, lo que antes era una alegría para la familia, celebrada con la apertura de un buen vino (tener otro hijo), ahora puede ser un problema para la familia, ya que desestructura horarios, trabajos, economía, etc…

Rafael: -Tienes razón Iván, pero ¿no será que hoy en día, para un grupo significativo de personas, se han perdido las perspectivas, la visión trascendente de la vida…, y por eso no saben modelar las nuevas circunstancias según lo que verdaderamente importa?
Todas las épocas han tenido sus problemas, hubo quien los enfrentó, salvando las prioridades. Gracias a quienes así lo hicieron, ha habido un desarrollo de la sociedad a pesar de los desvaríos de algunos.
Hoy en día, hay que estar claros en cuanto a los Valores que se profesan y defenderlos, buscando hacer un mundo más justo de acuerdo al verdadero sentido de la existencia humana.
La llegada de un hijo al mundo debe ser una alegría para los padres, pero puede constituirse en un problema por la forma en que está estructurada esta sociedad algo enferma, por lo tanto debemos hacerla evolucionar hacia el respeto y el apoyo a la familia.
Esto último requiere claridad de concentos, compromiso, fortaleza, valor..., sabiendo que quizás la generación presente no coseche lo que ha sembrado, pero con la esperanza de que las futuras generaciones si, es un acto de generosidad para con el porvenir…

Para concluir te digo que el matrimonio y la familia, según el sentido que Dios le ha dado, siempre serán fuente de alegría, esperanza y optimismo…Vale!

R.

Junio 2.007