viernes, 17 de agosto de 2007

LA DESPEDIDA DE SOLTERO(A)

El ser humano tiende a destacar de una manera especial, los acontecimientos que marcan su vida, y uno de los más importantes es el Matrimonio, algo que el católico entiende como el Sacramento en el cual, por el mutuo consentimiento de los contrayentes, Dios les concede la “gracia” para santificar su unión conyugal y para cumplir bien los deberes matrimoniales, como son: la armonía conyugal, la fidelidad, el control de la concupiscencia, el dominio del carácter, la ayuda y el consuelo mutuos, la educación de los hijos, el sostenimiento del hogar, etc. De celebrar el paso de soltero(a) a casado(a), viene la costumbre de “la despedida de soltero(a)”.

Es frecuente encontrar a lo largo de la historia humana, que los amigos de cada uno de los novios, quieran cerrar con ellos una etapa de la vida y abrir otra de trascendencia singular. Las celebraciones dispuestas para ello, han sido reflejo del grado de desarrollo o decadencia de una determinada cultura, de sus virtudes o de sus vicios, del sentido trascendente o trivial con que miran el hecho en cuestión…

Por ejemplo, cuenta una antigua leyenda como posible inicio de esta tradición en Alemania, que los amigos de un hombre sin recursos para casarse debidamente con su novia, hicieron un alegre convite, donde los invitados llevaron como regalo para la pareja, todo aquello que necesitaban para establecer su nuevo hogar... Se observa que el valor fundamental fue la solidaridad fraterna, algo muy positivo.

En la actualidad se han popularizado cierto tipo de “despedidas de solteros(as)”, basadas casi exclusivamente en una genitalidad vulgarizada, y contrarias al alto sentido cristiano de la sexualidad humana…, al sentido de la vida, de la dignidad de la persona, del Sacramento que se va a recibir...

Ciertos grupos tachan a la Iglesia y a los ciudadanos de bien, como carcas o anticuados, al alertar sobre estas costumbres decadentes (embrutecedoras), cuando en realidad lo primitivo o caduco es lo otro…

Por lo demás, hay principios eternos que nunca dejarán de brillar aunque se los ignore, lamentablemente, la luz ha tenido que convivir con la oscuridad y sus graves consecuencias... El progreso real esta en reconocerse como Persona y actuar según la dignidad que ello implica, ayer, hoy y siempre…

Hoy vemos en “la despedida de soltero(a)” una fiesta escandalosa y chabacana, sin distingo de clase social, económica o cultural… Comúnmente separada la del novio y la de la novia, aunque ambas con parecidos excesos. En ella se pretende correr la última juerga salvaje antes de “sentar cabeza”, dejándose llevar por los más bajos instintos…

Respecto a lo de “sentar cabeza”, vale acotar que si la “cabeza” no se la tiene ya sentada de antemano, si no hay madurez en el individuo y respecto al tema de la boda…, la próxima ceremonia nupcial no hará el milagro de madurar lo verde…, vislumbrándose tormentas en el horizonte…, pues la “gracia”, no realizará de ordinario milagros, cuando las condiciones para un amor serio y auténtico, han fallado en su base…

Este modelo de “despedidas”, son impulsadas por ciertas ideologías en boga, así como por un comercio sin escrúpulos, cuyo objetivo es un consumista desbocado y manipulado por unos medios de comunicación mediocrizados…

El “menú” de muchos de estos “festejos” ofrece:
-alcohol en barra libre, e inclusive drogas, buscando la ebriedad o a la perdida de la conciencia;
-espectáculos subidos de tono con strippers que se encargan de alimentar la lascivia de los asistentes, siendo factible que, por una paga adicional, presten “servicios sexuales” a alguno de los asistentes, inclusive al novio o a la novia;
-juegos y chistes vulgares ligados a lo genital;
-música estridente con letras que trivializan el sexo…

La brevedad del espacio no permite extenderse en explicar detalladamente, por qué este tipo de “juergas” ofende al amoroso Creador que nos hizo a su imagen y semejanza, y que ofrece su bendición y gracia en el Sacramento del Matrimonio…; por qué se ofende también la dignidad de Persona del novio o novia que participa, y la del resto de los presentes…, y además, la del novio o novia ausente…; se ofende inclusive, el ideal supremo de civilización, que necesita de la coherencia de vida y ejemplaridad de los buenos individuos para construirse…, ideal que contempla un ser humano alegre en el dominio de si mismo, con esa disposición a una entrega limpia, generosa y plena al otro…

Pero lo más triste, es que un alto porcentaje de los participantes e inclusive promotores de tales excesos y faltas a la Moral, se dicen cristianos…, quizás lo sean, aunque muy ignorantes de su fe, o sin suficiente personalidad para hacer respetar sus valores…, todo lo cual no los exime de responsabilidades…

Entonces: ¿cómo celebrar una “despedida de soltero(a) cristianamente? Pues hay muchas formas, todas tan alegres, entusiastas y divertidas como la que más, y sobre todo coherentes con la fe que se profesa…

Antes que nada, hay que tener bien claro el sentido de la ocasión, se trata de un compartir entre amigos para manifestar sus parabienes al compañero(a) que se casa para perpetuar su amor y fundar una nueva familia… En esta “reunión” habrá recuerdos, anécdotas, acentos de sano humor (del inteligente y no del que se nutre simplemente del comodín de lo sexual), sana diversión, y hasta un momento para unas palabras y una oración por la felicidad del novio(a)…

Los hombres preferirán como “despedida”, por ejemplo, una cata de vinos y tapas, un día de fútbol, caza o pesca…, y las mujeres, la intimidad de una tarde de té, un paseo, un día de picnic o de salón de belleza… Otras opciones, indistintamente, pueden ser una tarde de juegos de mesa, un día de senderismo, una acampada, la repetición de un corto viaje a un lugar recordado como especialmente grato, etc., etc.


No es necesario que asista mucha gente, sólo los más cercanos y que compartan vivencias, recuerdos y valores parecidos, o que respeten los del agasajado…
En fin, que de darse la “despedida de soltero(a)”, se ejercite la sana imaginación en su preparación, ideando actividades interesantes, divertidas, alegres, dignas y nobles…, como corresponde a damas y caballeros cristianos…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy TOTALMENTE de acuerdo contigo Rafael!